Las cadenas del Leviatán

El mundo no sería tal y como lo conocemos si no fuera por el hecho mismo de la navegación, en particular la navegación oceánica. En tiempos pasados fueron los barcos de vela y madera los grandes protagonistas porque contribuyeron al trazado del mapa completo de la tierra y al establecimiento de las rutas con los que se dio a conocer definitivamente cómo es nuestro planeta.

Cadenas del Leviatán

Reproducción de las grandes cadenas del Great Easter – Leviatán.

Pero fue a partir de mediados del siglo XIX cuando la propia navegación, gracias a los nuevos buques de hierro propulsados por máquinas de vapor, empezó a provocar el  cambio imparable de nuestro mundo, al posibilitar el mayor movimiento migratorio de la historia con el que dio comienzo la gran globalización, con todas sus ventajas e inconvenientes.

El barco de vapor se convirtió en uno de los hitos de la modernidad. De nada sirvió la batalla presentada por los últimos grandes veleros, los clippers* (del inglés to clip, moverse velozmente) que ofrecían toda su capacidad para el cargamento y el pasaje, mientras que los primero vapores tenían que reservar gran parte del espacio para el carbón y las turbinas.

En poco tiempo el avance de la tecnología permitió hacer buques verdaderamente capaces y veloces. En 1858 se terminó la construcción del mayor barco de su época: el Great Easter también llamado Leviatán por su enorme tamaño. En su casco, de 32.000 toneladas, hubiera cabido la carga de varias flotas de Indias del siglo XVI. Tales eran sus dimensiones que en el momento de su botadura se tuvo que frenar su entrada en el agua con grandes cadenas para que su entrada en el agua no fuera traumática para su propia estructura ni para los diques del astillero.

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Isambar Kingdom Brunel, ingeniero diseñador del Leviatán.

Su diseñador, el ingeniero inglés Isambar Kingdom Brunel, elegido en su día por los propios británicos como segundo personaje más importante de todos los tiempos, quiso preservar su imagen posando con las famosas cadenas del Leviatán de fondo, tal y como puede verse en la imagen.

La exposición del Pabellón dedica un espacio al período 1820-1914 en el que se trata de esta pugna entre la vela y el vapor. Es en esta sección donde, junto al vapor Mauretania, se muestra una representación de las grandes cadenas con las que posó el ingeniero Brunel. Son unos eslabones descomunales que simbolizan el poder del acero, que todavía no ha encontrado rival en la navegación de nuestros días, pese a los esfuerzos de la ciencia por encontrar materiales de mayor resistencia.

 * Nota: Los clippers, fueron unos corredores de fondo de los océanos. Constituyeron la cima de la navegación a vela. El más conocido es el Cutty Sark, que a pesar de los accidentes recientes, todavía se conserva en dique seco en Londres. En el Pabellón de la Navegación carecemos de momento de modelos a escala de los clippers, pero, conscientes de la importancia que tuvieron en su época, estamos trabajando para incorporarlos a la exposición, esperemos que en poco tiempo.